En ningún lugar se escucha tanto acordeón como en Valledupar, cerca a Macondo, en la costa caribe colombiana.
Este año se esperan más de 100,000 turistas nacionales e internacionales en el 45o. Festival de la Leyenda Vallenata, del 29 de abril al 1 de mayo.
Más de doscientos intérpretes, compositores y cantantes se dan cita para participar en el gran acontecimiento cultural donde se canta merengue, paseo, puya, son, piquerias y piloneras.
El cantante Juanes dijo emocionado que asistirá a la muestra folclórica que realza la importancia de este género musical. “No saben las ganas que tengo de acompañarles. Será un honor para mi regresar al Festival”, anunció el artista.
Desde Bogotá y otras capitales se desplaza una gran delegación de políticos empezando por el Presidente de la República, empresarios, artistas y amantes de esta música. La razón es que el Festival es como una gran vitrina para ver y que lo vean.
El vallenato es lírica y sentimiento popular y es una categoría hermana del tango, la ranchera, el son y la cumbia, el ritmo madre de Colombia.
Valledupar es la capital del departamento del Cesar ubicado en el nororiente de Colombia y tiene frontera con Venezuela, a orillas del río Guatapurí.
Se puede llegar por avión desde Bogotá, en una hora y está a media hora de Barranquilla o Cartagena. Por carretera son 10 horas de Bogotá y cinco desde Santa Marta.
Un viaje a Valledupar debe completarse visitando a los pueblos de la llamada Provincia o Baja Guajira: San Juan, Urumita, Villanueva y Fonseca, pueblos que han dado los mejores compositores de la música vallenata. Rafael Escalona es la gloria de esta música por ser el autor de un centenar de canciones clásicas como: “El carro Ford” 1943, “El testamento” 1948, “La casa en el aire”, 1952, “La brasilera” 1952, “La custodia de badillo”, 1958 y otras.
“Cien años de soledad no es más que un vallenato de 350 páginas” sostiene Garcia Márquez.
En la terminal de transporte sobresale la estatua del Gran Cacique Upar, jefe de los indios chimilas que habitan la región.
La estatua al fundador de la ciudad, el español Hernando de Santana, acontecimiento que data del 1550, se levanta en la Avenida Salguero.
En las cercanías del coliseo de gallos “Miguel Yanet” se puede apreciar la obra cuya autora es la escultora bogotana Elma Pignalosa; es un homenaje a la afición gallística.
El maestro cartagenero Enrique Grau dejó en una de las avenidas de la ciudad una escultura de sus aves favoritas: “La María mulata”, que es un pequeño pájaro negro conocido en otros lugares como “cocinera”.
No podía faltar un monumento a “Mi pedazo de acordeón”. Esta ubicado en la Avenida Hurtado y fue construido en homenaje al cantautor Alejandro Durán por el artista Gabriel Beltrán. En él se siente representada la comunidad de acordeoneros y músicos.
Se denomina “Los poporos” el homenaje que le rinde el pueblo vallenato a las tres étinas que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta. Son los arhuacos, los koguis y los arzarios.
El Festival vallenato se celebra en el coliseo Cacique Upar y la tarima “Colacho Mendoza” epicentro del festival.
Cien jurados tienen la responsabilidad de calificar a los participantes de los concursos de acordeón profesional, aficionado, juvenil, infantil y canción inédita.•
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