Una familia barranquillera es famosa por fabricar los mejores acordeones del país...
Hace
tres meses, una comitiva de la empresa alemana Hohner llegó a la casa de
la familia Vega, en el barrio El Santuario de Barranquilla.
Los representantes de la marca, fabricante
de acordeones y otros instrumentos, querían comprobar el rumor de que en
Curramba se producía el instrumento con la misma calidad que ese país
europeo.
Los alemanes llegaron al patio de la
humilde vivienda y encontraron al veterano Domingo Vega Ramírez, de 69
años, y a algunos de sus 9 hijos trabajando en un pedido de 60
acordeones de colores para el Ministerio de Cultura.
Atónitos observaron como Keiner, de 18
años, cambiaba las zapatillas y los resortes, Antonio, las afinaba y les
cuadraba los tonos (hay hasta 12 tonos), Juan las brillaba y pulía,
Luis fabricaba los estuches y Domingo Júnior se encargaba de los
fuelles. "Yo me encargo de integrar sus mecanismos, los botones y los
acabados de las cajas", explicó el viejo Domingo. En medio de pedazos de
madera, herramientas artesanales, acordeones a medio terminar y un
penetrante olor a pegante, el personal de la Hohner -cuenta Domingo- nos
dijo que en toda Latinoamérica no había encontrado un taller que
fabricara el instrumento con tanto profesionalismo. "Cuando los vi me
llené de nervios, pero al final nos felicitaron", contó este hombre
oriundo de Fundación, Magdalena, que empezó reparando el instrumento en
María Angola, (Cesar).
En ese entonces, década de los 60, de la
mano de Ovidio Granados, reconocido técnico de acordeones, se convirtió
en experto. Así continuó hasta 1992, cuando Antonio, el mayor de sus
hijos, le propuso fabricar todo el instrumento.
En el año 99 se trasladaron para
Barranquilla donde fundaron la empresa Acordeones HerVeg, adquiriendo
fama porque sus creaciones empezaron a ser usadas por reconocidos
músicos como Arturo 'Cocha' Molina, Alfredo Gutiérrez y Emiliano Zuleta.
Hace cinco años la empresa se llama
Acordeones DorVeg, Domingo Rafael Vega, otro de los hijos del viejo
Domingo, que actualmente administra el negocio. "El acordeón lo es todo
para nosotros. Nos da orgullo cuando escuchamos una canción grabada o
tocada con una de nuestras creaciones", destacó Domingo Vega Júnior.
Hoy es tal su fama, que a la fábrica
costeña han llegado clientes de Francia, Holanda, Estados Unidos,
Curazao, Aruba, Costa Rica, Argentina, México y Panamá, para adquirir el
instrumento creado por la familia Vega.
DorVeg produce mensualmente un promedio de 8
acordeones, cuyo precio oscila entre los 2 millones y 2 millones 200
mil pesos. "Un poco más que la alemana, pero es que acá la hacemos más
resistente", reiteró Domingo.
En estos momentos trabajan en la
fabricación de acordeones trasparentes. "Son espectaculares y con ellos
aspiramos a convertirnos en la sensación del mercado".
Fuente
Andrés Artuz Fernández
Corresponsal de EL TIEMPO
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